Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 19 de abril. La prueba de salvación. 

2 Corintios 13:5 NVI: «Examínense para ver si están en la fe; pruébense a sí mismos. ¿No se dan cuenta de que Cristo Jesús está en ustedes? ¡A menos que fracasen en la prueba!».

Si usted muriera esta noche, ¿dónde pasaría la eternidad? ¿Estaría con Dios en el cielo? Por eso, el apóstol Pablo nos invita en esta carta de Corintios a un autoexamen y nos dice: «Examínense para ver si están en la fe; pruébense a sí mismos. ¿No se dan cuenta de que Cristo Jesús está en ustedes? ¡A menos que fracasen en la prueba!».

Y es en este momento donde debemos entender que asistir a la iglesia, independientemente del culto religioso que sea, no salva; así mismo, tratar de vivir una vida recta no salva; practicar disciplinas espirituales no salva; participar de las ordenanzas cristianas no salva. Pues solo por la gracia de Dios usted y yo podemos ser salvados.

Y para ello, hay solo una prueba definitiva, como lo dice (1 Juan 5:12 NVI) : «El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida». Por eso, si usted ha recibido a Cristo en su corazón por fe, tiene vida eterna y puede apropiarse de su salvación, pues ha sido justificado, perdonado, libre de toda condenación, ahora está en Cristo y ha sido comprado por un precio. Ya no soy mío, pues le pertenezco a Dios. He sido bendecido para bendecir, he sido escogido, predestinado, redimido, se me ha dado el Espíritu Santo, tengo vida en Cristo, he sido resucitado y tengo acceso directo a Dios.

Puedo acercarme a Él como mi papá, y por eso estoy completo en Él. Se me ha dado un espíritu de amor, poder y dominio propio. Finalmente, la prueba de mi salvación está en que me puedo acercar completamente confiado ante su presencia para hallar la gracia que necesito y la misericordia que solo Dios en su infinito amor me sabe dar.

Vamos a orar.

Gracias, Señor, por el regalo de la eternidad y la salvación que solo tú me das. Gracias por tu perdón, por ser mi papá, por darme nuevas fuerzas y alentarme cada día. Hoy te recibo por fe en mi corazón y te confieso como mi Señor y Salvador.

Gracias por librarme de toda condenación, por escogerme y por darme vida a través de tu Santo Espíritu. No has hecho más que levantarme y darme vida cuando en angustia y desolación he estado Señor. Hoy me siento completo en ti, querido papá, y descanso completamente en tu perfecta y buena voluntad. En el nombre de Jesús, amén.

Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 18 de abril. Pureza de corazón. 
Tu Tiempo con el Número Uno. 5ª temporada, 20 de abril. Solo necesitas un pastor. 

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *