Tu Tiempo con el Número Uno. 4ª temporada, 11 de diciembre. No más ambición por favor. 

1 Samuel 8:1-3 NTV 

Cuando Samuel envejeció, nombró a sus hijos como jueces de Israel. Sin embargo, Joel y Abías, sus hijos mayores, establecieron su corte en Beerseba. Pero ellos no eran como su padre, porque codiciaban el dinero; aceptaban sobornos y pervertían la justicia.

En este verso, nos damos cuenta de cómo Samuel, siendo ya anciano, nombró a sus hijos para que lo sucedieran como jueces de Israel. Esto puede pasar en muchas familias, donde con el paso del tiempo, se decide dejar a los hijos a cargo, con resultados desafortunados. 

Como lo dice el verso, lamentablemente sus hijos eran corruptos, muy parecidos a los hijos de Elí, y no sabemos por qué se descarriaron o cuándo. Sin embargo, sabemos que Elí fue hecho responsable de la corrupción de sus hijos.

La verdad es que los hijos son el reflejo de lo que sus padres les han heredado: corrupción, ambición, egoísmo, dinero fácil y muchas cosas más. Por eso no es de sorprender que muchos padres digan: «¿De dónde salió este muchacho así?» Si la verdad no es más que el propio espejo del daño de sus propios padres.

Es imposible saber si Samuel fue un mal padre, ya que sus hijos ya tenían edad para actuar independientemente. Debemos más bien tener cuidado de no culparnos por los pecados de nuestros hijos y reconocer que ser padre es una gran responsabilidad. Nada es más importante que moldear y forjar la vida de nuestros hijos.

Vamos a orar:

Perdónanos, Señor, por los modelos de crianza a los que hemos sido expuestos y por los que seguimos repitiendo. Perdona nuestra ambición, nuestro egoísmo, nuestras equivocaciones y nuestra terquedad para buscar muchos dioses aparte de ti para vivir y subsistir. Hoy reconozco que no hay Dios como tú y que solo deseo conocer, adorar y adherirme al único Dios verdadero que nos trae salvación. En el nombre de Jesús, amén.

Tu Tiempo con el Número Uno. 4ª temporada, 10 de diciembre. En oscuridad 
Tu Tiempo con el Número Uno. 4ª temporada, 12 de diciembre. No des la espalda. 

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